Caracas, 20 feb (PL) La arremetida golpista del Gobierno de Estados Unidos para convertir a Venezuela hoy en colonia tiene varios objetivos, entre ellos apagar la multinacional Telesur, una de las pocas fuentes de información opuesta a la imposición del pensamiento único norteamericano.
Catalogado por el comandante Hugo Chávez como el proyecto comunicacional más importante del siglo XXI en América Latina, antes de su salida al aire hace más de una década congresistas, diplomáticos y otras autoridades de Washington intentaron poner fin a la idea.
La creación de Telesur estaba orientada a contrarrestar el mensaje hegemónico del Norte mediante la creación de una plataforma multiestatal latinoamericana, desde donde periodistas y trabajadores de la cultura en la región ofrecieran la imagen y voz de Latinoamérica y el mundo desde una perspectiva propia.
A decir del periodista uruguayo Aram Aharonian, en un artículo difundido por Rebelión, con el diseño de información del canal, no se trataba de hacer una CNN latinoamericana o de izquierda sino de revolucionar la televisión, con rigor periodístico, veracidad, calidad y entretenimiento, información y formación de ciudadanía.
El texto del también fundador de Telesur, reseña que a fines de 2001 en una conversación personal con Chávez, analizaron la necesidad de garantizar la soberanía comunicacional de Venezuela. «Su difusión al exterior dependía de una sola salida satelital, la del canal oficial Venezolana de Televisión», destacó Aharonian.
Asimismo, explicó cómo lo primero que hizo la oposición en el golpe de Estado del 11 de abril de 2002 fue bombardear la televisora nacional. Mientras los medios hegemónicos pasaban telenovelas y música, para invisibilizar a un pueblo que se levantaba reclamando el retorno de su presidente constitucional.
Aharonian recalca que se impuso entonces gestar un espacio público multiestatal televisivo para difundir una realidad regional que era, en buena medida, invisibilizada, ocultada, ninguneada o minimizada por los grandes medios de comunicación de los países desarrollados e incluso por los plataformas comerciales del área.
En la actualidad cuando desde la Casa Blanca se gesta un golpe de Estado contra la institucionalidad venezolana, Telesur impulsa una campaña global denominada Tambores de la Paz en aras de instar a la participación popular por la estabilidad de los pueblos.
Las ansias de poderío de las autoridades estadounidenses sobre el país sudamericano y sus riquezas, demuestran como cualquier acción que se desarrolle para demostrar a la comunidad internacional la verdadera realidad de Venezuela, es punto de mira para su desmoronamiento, y entre ellos está Telesur.